“É preciso aprender a navegar nun océano de incerteza a través de arquipélagos de certeza.” Edgar Morin
Hai libros que ata pasado un tempo non somos quen de comprender ou aplicar á nosa realidade. A min pasoume con “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro” de Edgar Morin, antropólogo, sociólogo, filósofo e ensaísta francés que en 1999 publicou esta obra avalada pola UNESCO. Cando o lin, ben porque era moi nova ou ben porque non comprendía, non me calou tanto como agora cando volvín a el ao fío dos acontecementos actuais que nos teñen na incerteza máis absoluta. Con todo, teño certeza de que aínda me dará novas lecturas.
- As cegueiras do coñecemento: o erro e a ilusión
- Os principios dun coñecemento pertinente
- Ensinar a condición humana
- Ensinar a identidade terreal
- Afrontar a incerteza
- Ensinar a comprensión
- A ética do xénero humano
Abondan referencias na rede sobre estes sete saberes, emporiso non vou deixar máis ca un parágrafo da introdución de Federico Mayor Zaragoza, daquela director xeral da UNESCO:
“Cuando miramos hacia el futuro, vemos numerosas incertidumbres sobre lo que será el mundo de nuestros hijos, de nuestros nietos y de los hijos de nuestros nietos. Pero al menos, de algo podemos estar seguros : si queremos que la Tierra pueda satisfacer las necesidades de los seres humanos que la habitan, entonces la sociedad humana deberá transformarse. Así el mundo de mañana deberá ser fundamentalmente diferente del que conocemos hoy, en el crepúsculo del siglo XX y del milenio. Debemos, por consiguiente, trabajar para construir un “futuro viable? La democracia, la equidad y la justicia social, la paz y la armonía con nuestro entorno natural deben ser las palabras claves de este mundo en devenir. Debemos asegurarnos que la noción de “durabilidad” sea la base de nuestra manera de vivir, de dirigir nuestras naciones y nuestras comunidades y de ínteractuar a nivel global.”
Entresaco algúns fragmentos deixando aquí o acceso á obra completa convidándovos a unha lectura non condicionada pola mirada de ninguén.
“Nuestra civilización, nacida en Occidente, soltando sus amarras con el pasado, creia dirigirse hacia un futuro de progreso infinito que estaba movido por los progresos conjuntos de la ciencia, la razón, la historia, la economía, la democracia. Ya hemos aprendido con Hiroshima que la ciencia es ambivalente ; hemos visto a la razón retroceder y al delirio stalinista tomar la máscara de la razón h’istórica ; hemos visto que no . había leyes en la Historia que guiaran irresistiblemente hacia un porvenir radiante ; hemos visto que el triunfo de la democracia definitivamente no estaba asegurado en ninguna parte ; hemos visto que el desarrollo industrial podía causar estragos culturales y poluciones mortíferas ; hemos visto que la civilización del bienestar podía producir al mismo tiempo malestar. Si la modernidad se define como fe incondicional en el progreso, en la técnica, en la ciencia, en el desarrollo económico, entonces esta modernidad está muerta.”
“El ser humano es un ser racional e irracional, capaz de mesura y desmesura ; sujeto de un afecto intenso e inestable ; él sonrie, rie, llora, pero sabe también conocer objetivamente ; es un ser serio y calculador, pero también ancíoso, angustiado, gozador, ebrio, extático ; es un ser de violencia y de ternura, de amor y de odio ; es un ser invadido por lo imaginario y que puede reconocer lo real, que sabe de la muerte pero que no puede creer en ella, que segrega el mito y la magia, pero también la ciencia y la filosofía ; que está poseído por los Dioses y por las Ideas, pero que duda de los Dioses y critica las Ideas ; se alimenta de conocimientos comprobados, pero también de ilusiones y de quimeras. Y cuando en la ruptura de los controles racionales, culturales, materiales hay confusión entre lo objetivo y lo subjetivo, entre lo real y lo imaginario, cuando hay hegemonía de ilusiones, desmesura desencadenada, entonces el horno demens somete al horno sapiens y subordina la inteligencia racional al servicio de sus monstruos.”
“Transformar la especie humana en verdadera humanidad se vuelve el objetivo fundamental y global de toda educación, aspirando no sólo al progreso sino a la supervivencia de la humanidad. La conciencia de nuestra humanidad en esta era planetaria nos debería conducir a una solidaridad y a una conmiseración recíproca del uno para el otro, de todos para todos. La educación del futuro deberá aprender una ética de la comprensión planetaria’.”
“Como nuestra educación nos ha enseñado a separar, compartimentar, aislar y no a ligar los conocimientos, el conjunto de estos constituye un rompecabezas ininteligible. Las interacciones, las retroacciones, los contextos, las complejidades que se encuentran en’,el no man’s land entre las disciplinas se vuelven invisibles. Los grandes problemas humanos desaparecen para -el beneficio de los problemas técnicos y particulares. La incapacidad de organizar el saber disperso y compartimentado conduce a la atrofia de la disposición mental natural para contextualizar y globalizar. La inteligencia parcelada, compartimentada, mecanista, disyuntiva, reduccionista, rompe lo complejo del mundo en fragmentos separados, fracciona los problemas, separa lo que esta unido, unidimensionaliza lo multidimensional. Es una inteligencia miope que termina normalmente por enceguecerse. Destruye desde el óvulo las posibilidades de comprensión y de reflexión ; reduce las oportunidades de un juicio correctivo o de una visión a largo plazo. Por ello, entre más multidìmensionales se vuelven los problemas más incapacidad hay de pensar su multidimensionalidad ; más progresa la crisis ; más progresa la incapacidad para pensar la crisis ; entre más planetarios se vuelven los problemas, más impensables son.”