Malia ser este un dos primeiros libros de David McKee (1972), soubemos del grazas á nosa compañeira Mª José, que nolo recomendou. Tras adiantarnos a historia, de inmediato buscamos información na rede. É unha publicación da editorial El zorro rojo, en cuxo web din que “en Seis hombres, David McKee explora a través de la alegoría las causas de la guerra en una historia que incluso los adultos podrán comprender. Con esta obra ha creado un mito de nuestro tiempo.”
Pouco ou nada podemos engadir ao xa escrito sobre “Seis hombres” en distintos medios, así:
No web de literatura Papel en blanco, din deste libro que “‘Seis hombres‘ es una historia de corte antibelicista, con un final circular que nos hace pensar que el hombre termina tropezando, no una ni dos, sino siempre con la misma piedra. Una obra deliciosa, no sólo para los lectores más jóvenes, sino para cualquier edad y para el que sepa apreciar la poesía encapsulada de las obras de McKee.”
Na Revista Babar, “Seis hombres es una alegoría sobre la guerra y la condición humana. De manera sencilla, y elegante, David McKee nos narra la historia de seis hombres “que viajaban por el mundo buscando un lugar donde poder vivir y trabajar en paz”. Pero poco a poco, a medida que se iban haciendo ricos, empezaron a volverse temerosos, desconfiados, y formaron un ejército. De tener un ejército para protegerse pasaron a utilizarlo para invadir otros pueblos, y así hasta que la guerra estalló, acabando con todo el mundo, excepto con seis hombres…”
E na Revista on line sobre LIX El templo de las mil puertas, Seis hombres puede engañar con su dibujo sencillo y escasas páginas, pero dentro encierra una historia universal narrada con tal maestría que no podemos dejar de recomendar su lectura tanto a niños como a adultos, y por supuesto a los jóvenes. Es imposible que el final deje indiferente, y eso que McKee se basta de un puñado de frases e ilustraciones de línea para llevarnos a su terreno. En estos tiempos en los que el álbum ilustrado goza de tan buena salud, y que lo disfrutan tanto los más pequeños como los mayores, merece la pena quitarse los prejuicios de encima, leer Seis hombres en un descanso de tanta literatura juvenil y confirmar que las mejores narraciones no entienden de rangos de edad, sino que son para todos. «Me gusta pensar que escribo para el adulto que el niño será un día y para el niño que aún está en el adulto», dijo McKee una vez.
O final, que non adiantamos, ten o mesmo punto desacougante e circular co que McKee pechaba outro dos seus clásicos, “Negros y blancos”.